El Monasterio de San Marcos, cuya construcción comienza en el siglo XVI sucede a otro del siglo XII de tiempos del Rey Alfonso VI. Diferentes artistas eternizaron en piedra y madera un ayer donde se puede percibir la fuerza de su legado y haciendo del hotel un museo viviente. El pasado emerge en el Claustro y Sala Capitular abrazándose al presente con una sabia readaptación en estancias que antaño cobijaron a peregrinos, como las suites situadas en el edificio original con vistas a la plaza y un anexo construido en el siglo XX donde se ubica la mayor parte del alojamiento. Regios salones, amplias habitaciones, biblioteca y un restaurante que ofrece fundamentalmente una cuidada gastronomía tradicional con toques de autor; todo ello convierte al Parador de San Marcos en un lugar único en la Ruta Jacobea y Vía de la Plata.
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